martes, 8 de marzo de 2011

Tu nombre quedó en el eco y se repite aunque no te tengo.

Después de tanto buscarte, de repartir el dolor entre mi alma asfixiante, de entre el odiarte y quererte, entre el amor que te tuve y el no querer ni verte. Y aunque mi amor es por siempre mi dolor es continuo y mi fracaso evidente y mi delirio constante. La presión que soporto es el aborto del arte. No soy una fiera de veras. Ni me soporto si quiera. 
Vivo a la espera de un grito. Todo lo escrito es bendito. Solo vomito en mi estela. Es mi inquietud exagerar, si mi virtud es tener mil defectos... Que más te da? Te regalado mi vida, si, mi vida entera, has hecho pedazos mi pobre alma canastera.
Pero dime porque tu me dices adiós. Yo que, yo que jamás había creído en un dios, da igual, total, mi alma canta...
Quizás se recupere así del mal.
Leyendo los mensajes que escribistes cuando me querías tanto.
Tanto que el amor se fue lento, lento...
Ya no puedo más. Mi corazón no paró de sufrir porque no puedo estar así, ni contigo ni sin ti.
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