domingo, 22 de mayo de 2011

Todos deseamos algo que nunca tendremos.

Muchas veces vuelve lo que se creía olvidado, dan tremendo miedo los fantasmas del pasado. Por desgracia todos hemos conocido a la traición y a una amarga sensación siempre que hemos fracasado. Oyéndome el pulso pienso tirada en la cama: mañana será un día más mañana será otro día menos. Los hay que no se merecen lo que tienen, suelen mirar siempre por encima, no se que es lo que se creen. Pienso en el pasado y me invade de nuevo una tristeza enorme. Cierra esa boca Judas, ¿quién coño eres tú para juzgarme? Estas son mis lágrimas, mi sangre, porque no he muerto, por ti, por mi, por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario